Corregir era una de esas tareas que, cuando empecé a dar clase, creía que debía hacer sin medida. Cada error, cada acento, cada título mal subrayado… todo debía estar corregido. Pensaba que así el alumnado aprendería mejor y que yo sería una mejor docente.
Pero hoy, después de más de una década en el aula, sé que corregirlo todo no solo no mejora el aprendizaje, sino que además te agota. En el episodio 04×13 de mi pódcast De Camino al Cole, te comparto cómo he cambiado mi forma de corregir para cuidar de mi energía y potenciar el aprendizaje de mi alumnado.
Déjame contarte algunas de las lecciones más importantes que he aprendido.
Cuando corregirlo todo no es la solución
Recuerdo mis primeros años de profesora. Imprimía etiquetas de corrección, revisaba cada hoja, cada palabra, cada tilde. Corregía absolutamente todo. ¿El resultado? Muchísimo cansancio y poco cambio real en el aprendizaje.
«El proceso y el resultado no cambian porque corrijamos cada pequeño error.»
Corregir más no significa enseñar mejor. La clave está en corregir de forma inteligente.
Lo que hago ahora (y me funciona)
Con los años, he aprendido a corregir de una manera más estratégica. Aquí te comparto lo que mejor me ha funcionado:
Corrijo momentos clave
Ahora selecciono actividades o producciones concretas que realmente me muestran el avance del alumnado. No todo merece una corrección exhaustiva, pero sí aquello que les impulsa a crecer.
«Cada dos semanas corrigimos una pieza significativa que nos ayuda a ver el progreso real.»
Uso códigos de colores
En mi centro, corregimos en rojo, el alumnado responde en morado, y la coevaluación entre compañeros/as se hace en verde. Esto ha sido un cambio brutal: en un simple vistazo, todos/as sabemos qué tipo de retroalimentación se ha dado.
Fomento la autoevaluación y la coevaluación
Antes corregía yo sola absolutamente todo. Hoy sé que involucrar al alumnado en su proceso de corrección no solo mejora sus aprendizajes, también los hace más autónomos y críticos.
Me priorizo como profesional
Corregir de manera saludable me permite estar mejor en clase, tener más energía y, sobre todo, dedicarme a innovar y a crear materiales que realmente impacten.
«Si te agotas corrigiendo, pierdes la energía que podrías invertir en transformar tu aula.»
¿Quieres escuchar el episodio completo?
En el episodio «Estrategias para corregir menos y enseñar más» te hablo desde el corazón y te comparto en profundidad mi camino personal y mis mejores consejos para corregir mejor sin sacrificar tu bienestar.
Spotify | YouTube | Apple Podcasts | Ivoox
¡Te espero al otro lado! Estoy segura de que alguna de mis reflexiones también resonará contigo.
Y si quieres seguir creciendo como docente…
Te invito a conocer Kumubox, la plataforma que me acompaña en mi día a día.
Con una sola suscripción tendrás acceso a:
✅ Más de 60 cursos de formación docente.
✅ Más de 1.000 recursos educativos listos para aplicar.
✅ Un creador automático de situaciones de aprendizaje que te ahorra horas de trabajo.
Además, organizamos talleres, formaciones y encuentros gratuitos para seguir aprendiendo y compartiendo.
👉 Puedes unirte aquí: https://app.kumubox.com/
Si cuidar de ti como docente es una prioridad para ti este año, Kumubox puede ser el mejor regalo que te hagas.
¿Te animas a corregir menos y enseñar mejor?
Me encantaría leer en comentarios cómo vives tú el tema de las correcciones.
¡Te leo!